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¿Sabías que la Calle Toribio Etxeberria ha tenido varios nombres a lo largo de sus más de 100 años?

11/07/2023

Existen calles en Eibar que todavía siguen nombrándose de manera diferente en función de la edad del interlocutor y una de ellas es la céntrica Toribio Etxeberria o Dos de Mayo. La calle Toribio Etxeberria fue abierta a la población, una vez cubierto el rio Ego, con motivo de la reforma y ensanche de la villa a principio del siglo XX. En el diseño de trazado que acometió en su día el arquitecto donostiarra Ramón Cortazar se propuso darle el nombre del político y militar Espartero pero, ante las discrepancias de opinión entre los ediles del municipio, en su primera andadura se llamó calle de Ardanza, entendiendo que era una prolongación de la misma. Pocos años después, en 1909 pasó a denominarse oficialmente calle Dos de Mayo en reconocimiento a los eibarreses que bajo las órdenes de José Cruz Echeverria, un 2 de mayo de 1874 se sumaron a la liberación del sitio de Bilbao, sometido por el ejército Carlista. Se denominaron el Batallón de los Voluntarios por la Libertad y durante años mantuvieron su espíritu en favor de las libertades.

Según nos cuenta Eli Ojanguren, en un principio la calle era más corta y terminaba cerrada en un pretil que cruzaba desde la casa de los Murgizu a la entrada de Ardanza, más o menos entre el números 13 y 14 de la actual calle. Como ocurre hoy en día también era una calle muy concurrida. Tenía un bar, el de Melitona, la carnicería de Osoro, la mueblería de Chopa, el garaje de Cacho, además de varias carpinterías, una peluquería y algunos comercios. Más allá del pretil comenzaba el rio y, apoyado en su parte central, había un saliente de mampostería y un poste de tendido eléctrico que se utilizaba para bajar a bañarse al rio. Lo que muy pocos recuerdan es que, un poco más abajo, a la altura del Puente de Cacho, lo que hoy vendría a ser el número 23 de la calle Toribio Etxeberria, amarraban las dos únicas barcas que había en el Ego: la de Gómez con forma de motora y remos como los de las piraguas y la segunda más pequeña y sencilla que pertenecía a Juan Murgizu. Es difícil imaginar en este Eibar de ahora que al lado del puente, sobre las higueras y los melocotoneros de Cacho, solía anidar el martín pescador y que según cuentan, era un espectáculo ver sus lanzamientos al rio con certera precisión para atrapar sarbos, cangrejos o escallos.  

Una vez finalizada la Guerra Civil, con el Proyecto de recuperación llevado a cabo por la Dirección General de Regiones Devastadas se acometió el cubrimiento del segundo tramo del rio y la calle se prolongó hasta su trazado actual. Es en 1980 cuando se produce el cambio oficial de nombre al que hoy conocemos como Toribio Etxeberria kalea, aunque, en honor al rigor histórico, debemos señalar que era Etxebarria y no Etxeberria el apellido del político y escritor eibarrés.

Fue el primer proyecto de urbanización peatonal de una calle en Eibar. El 7 de enero de 1987 se aprobó la peatonalización de doscientos metros de la calle, entre la Plaza de Unzaga y el Ambulatorio, y en el 2001 se transformó este espacio en una zona de esparcimiento y coexistencia para los eibarreses.

Esta céntrica y centenaria calle ha visto pasar la historia de la ciudad con el ir y venir de los eibarreses siendo una de sus principales y más transitadas arterias.