Fiestas y celebraciones de Eibar, antiguas tradiciones, nuevas costumbres
Día de San Blas
El tres de febrero, día de San Blas, está muy arraigada la costumbre de bendecir las tortas. Según la tradición las tortas de San Blas ayudan a curar la tos y hay que llevarlas a bendecir a la iglesia de San Andres. En otra época las opilas se llevaban a la ermita de Santa Inés, dónde había una figura de San Blas, pero luego esta tradición se trasladó a la parroquia de San Andrés.
La gente ponía cintas encima de las tortas, cintas que, bendecidas, se ponían en el cuello, en la creencia de que aliviaba la tos. Y otra costumbre típica de San Blas era sacarse una fotografía delante de la iglesia con una torta de San Blas en las manos.
La torta de San Blas se hace en muchas casas y existen muchas recetas aunque actualmente se ha extendido la costumbre de comprarlas en los comercios.
Santa Agueda
La noche de la víspera, el 4 de febrero, los grupos cantan coplas por las calles. En Eibar la ermita del barrio de Agiñaga es la que conserva los documentos más antiguos sobre esta tradición. En San Román se guarda una figura de Santa Agueda del siglo XVI, y antiguamente las mujeres embarazadas iban a rezarle y le encendían velas.
La víspera de Santa Agueda un grupo recorría los caseríos de la zona con un bertsolari.
En los últimos años muchos colectivos organizan los coros de Santa Agueda, entro otros, el coro de Sostoa, grupos de jubilados, colegios...
Carnavales
Después de la guerra las fiestas quedaron prohibidas. En el período anterior tenían mucha fuerza, y las comparsas solían andar por las calles cantando bertsos. Por ejemplo, en 1930, una comparsa construyó un aeroplano con un armazón de caña y una lona blanca, y lo llevaron por todo el pueblo, en un ambiente de fiesta y cantos.
Las fiestas se recobraron después de la dictadura y mucha gente recordará los desfiles de "las realistas". A 14 mujeres de Goi Argi se les ocurrió salir disfrazadas de jugadoras de la Real Sociedad. Y fue tal el éxito que tuvieron que los años siguientes se les juntó más gente y todos los años organizaban un desfile muy vistoso. Esa cuadrilla de mujeres se convirtió en un clásico de los años 80, y sus desfiles solían generar gran expectación.
San Juanes
Las fiestas de San Juan siempre han tenido mucha repercusión en Eibar y en muchos otros pueblos. Hay numerosos documentos que hacen referencia a las fiestas de San Juan. Por ejemplo, en el año 1708 el Ayuntamiento abonó 100 reales para comprar pólvora y utilizarla en las fiestas. Las hogueras se encendían en la misma plaza de Unzaga, donde estaba la ermita de San Juan, antaño extramuros de la villa. Aquella ermita estuvo en Unzaga hasta su derribo para construir el ayuntamiento.
Estas fiestas también tienen su cancionero. La melodía del himno de San Juan es muy conocida en todo el País Vasco. El propio Iztueta recogió este zortziko. En cuanto a la letra no se sabe quién es el autor. Inspirado en su melodía compuso Jesus Guridi el intermedio de la zarzuela “El Caserío”.
Egun zoragarri hau heldu da berriz
pozan pozez bihotzak beterik.
Mendietako baserrietan
kaleko plaza danetan
San Juan suak piztutzen dira
gau zoragarri honetan.
….
Por otra parte, en nuestra geografía están muy extendida la costumbre de saltar por encima del fuego diciendo estas palabras: txarrak kanpora eta onak barnera y otras parecidas. Esos días en que el sol está en lo más alto simbolizan el fracaso de lo malo y el triunfo de lo bueno, y también la renovación de la vida.
Sorba de San Juan
Según la tradición la “sorba” es un ramillete compuesto por diferentes hierbas que se utilizaba cuando tronaba: se encendía una vela bendecida, se cogía un poco de la “sorba” y se decía “Santa Bárbara, Santa Cruz, jauna balio jakiguz”. Lo que sobraba de dicha “sorba” se quemaba en la hoguera la víspera de San Juan.
En la ‘sorba’ se ponía trigo o avena en el medio; después, alrededor, puerros, ajos, cebollas; luego las buenas y malas hierbas o plantas –verbena, hinojo, belladona, acedilla, menta…-; ramitas de guindo, saúco, romero, laurel…
Hoy en día los baserritarras ponen hortalizas, hierbas, romero, rosas y la flor de San Juan u otro tipo de flores. Cada persona elige que hierba o planta poner en el ramillete. Y el ramo siempre es muy elegante.
Antiguamente el día de San Juan por la mañana, los baserritarras acudían a Arrate a bendecir el ramo; después, en la capilla del viejo Hospital; actualmente los ramilletes se bendicen en la iglesia de Azitain.
Existe también una costumbre de dejar el ramo a la intemperie la víspera de la noche de San Juan para que se bendiga bajo la luna y con el rocío de la mañana.
El ramo se deja secar y se guarda durante todo el año hasta la siguiente víspera de San Juan. Entonces, se hace la hoguera y se echa al fuego con el siguiente conjuro:
San Juan, San Juan
Arrautza bi kolkuan
Beste bi altzuan
Lapurrak eta sorgiñak erre!
Garixak eta artuak gorde!
Fiestas de Arrate
Para los y las eibarresas la vida nace en Arrate. Si en otros sitios las criaturas se traen de Paris o los trae la cigüeña, nosotros venimos de Arrate.
La primera noticia escrita es de 1498. En 1508 en Eibar había una cofradía de Nuestra Señora de Arrate. También hay una leyenda relacionada con la ermita: La Virgen se apareció a un pastor en Arrate, y le pidió que construyera una ermita. El pastor dio la noticia a las gentes de los alrededores y entre todos decidieron construir la iglesia en Azitain. El pastor, en cambio, era partidario de construirla en Arrate, pero empezaron a edificarla en Azitain. Para sorpresa de todos, alguien transportaba de noche a Arrate los materiales que se utilizaban de día en Azitain. Esta leyenda de transportar materiales y piedras de ermitas o iglesias se ha recopilado en muchos sitios de Euskal Herria.
Por otro lado, se viene de Arrate y se va a Arrate en busca de pareja. Es una antigua tradición dar tres vueltas a la cruz para buscar pareja, mientras se reza un credo.
El folklore también ha sido muy rico. Las romerías que se hacían tenían mucha fama en Bizkaia y Gipuzkoa y también tenía bailes propios, que ha recuperado con éxito el grupo de bailes Kezka.
Polikarpo Larrañaga publicó la colección más completa de los cantos de Arrate en la página 125/129 del libreto "Itzaldiak" de la revista Euskal-Esmaleak en 1926. Las coplas son del siglo XVI y existen infinidad de variantes de la melodía y la letra.
Desde Egoibarra nos despedimos con esta bonita versión de Hiru Truku, con la esperanza de que Eibar siga otros 600 años más: Arrateko zelaiko bai floridadia, handitxik gora dago zerura bidia....
Gaztaiñerre
Este día se celebra el segundo lunes desde el día de Ánimas en Ermua, Placencia y Eibar. Sobre la fecha siempre ha habido dudas y discusiones. Según algunos, se celebra el segundo lunes después del día de Todos los Santos, y según otros el lunes siguiente del día de Ánimas. Otros decían que era el tercer lunes desde el día de Ánimas; y, viendo todas estas dudas, los hay que opinaban que había que celebrarlo todos los lunes de noviembre.
Las familias lo celebraban en casa, a veces reuniéndose más de una familia. Últimamente la tradición consiste en una afari-merienda. La cena suele ser bastante temprano y el menú básico lo forman los caracoles en salsa, chorizo y castañas asadas. Y de ahí le viene el nombre. Algunos años se organizó un baile en el Astelena. Es una fiesta de cuadrillas y grupos de amigos y antes sólo lo celebraban los hombres.
¿Por qué Gaztaiñerre? Hoy en día hay pocos castaños en nuestros bosques, pero antiguamente era un árbol que estaba muy extendido y en otoño era el alimento más corriente y barato.
Entre los campesinos de Ermua, Eibar y Placencia, así como entre los de Durango, se solía celebrar la comida del “onrra-jana” o ágape de funeral. Se celebraba una vez al año y era una comida de hermandad en conmemoración de los difuntos.
Pero aunque se haya perdido el origen, todavía sigue viva la tradición de la afari-merienda. Ese día se forman largas filas de gente en los puestos de castañas que suele haber en los alrededores de la iglesia y en la calle Toribio Etxeberria.
San Andrés
Las fiestas patronales han sido las que más han cambiado a lo largo de los años; hace unos 60 años la tamborrada se celebraba en San Andrés; posteriormente, dado que en dicha época del año la climatología era desfavorable, pasó a celebrarse en San Juan. En la década de los 80, las fiestas apostaron por visibilizar el medio rural y comenzó a organizarse la feria que hoy día conocemos, que en sus inicios se celebraba con los productos de los baserritarras de la zona y que, con el paso de los años, ha ido cobrando fuerza.
Navidades
Las costumbres en torno a la Navidad también han cambiado mucho últimamente. Se come y se bebe en abundancia, y actualmente no hay una única tradición. Antiguamente también se celebraban por todo lo alto, pero el menú era más especial. Julian Etxebarria Oruna, por ejemplo, nos cuenta lo siguiente: el menú consistía en berza con aceite, bacalao y de postre intxaur-saltsa.
Tampoco solían faltar los cantos, y Felisa Pascual Ucin, por ejemplo, nos canta alguna de esas canciones.
El día de Año Nuevo hay la costumbre de subir a Urko. Luciana Larreategui Arizaga nos cuenta que antes también celebraban así el Año Nuevo.